
¿Qué es el Running Stride y cómo mejorarlo?
Cuando corres, tu cuerpo entra en una danza constante de pasos, ritmos y movimientos. Pero hay un elemento clave que puede marcar la diferencia entre correr con esfuerzo… y correr con eficiencia: tu running stride.
¿Qué es el stride al correr?
En términos simples, el stride es la longitud de tu zancada: desde que un pie toca el suelo hasta que vuelve a tocarlo. No se trata solo de cuán largos son tus pasos, sino de qué tan bien se coordinan con tu cuerpo y tu ritmo. Un stride eficiente te ayuda a avanzar más con menos esfuerzo, cuida tus articulaciones y mejora tu rendimiento general.
¿Por qué es importante?
Un stride mal ajustado puede hacerte perder energía, provocarte lesiones o limitar tu velocidad. Por el contrario, cuando logras un stride que se adapta a ti, todo fluye: corres más ligero, más rápido y con más control.
¿Cómo puedes mejorar tu stride?
Aquí te compartimos algunos cambios que puedes empezar a aplicar en tus entrenamientos:
1. Trabaja tu zona media: Un core fuerte (abdominales, espalda baja y pelvis) te ayudará a mantener la estabilidad al correr y mejorar la alineación de tu zancada.
2. Haz ejercicios técnicos (drills): Skipping, talones al glúteo, y desplazamientos cortos te ayudarán a mejorar la técnica y la coordinación de tus pasos.
3. Aumenta tu cadencia: Intenta dar entre 170 y 180 pasos por minuto. Más pasos, aunque un poco más cortos, son más suaves para tu cuerpo y mejoran tu stride sin necesidad de forzarlo.
4. Escucha a tu cuerpo: No todos los corredores tienen el mismo stride. Ajusta el tuyo a lo que se sienta natural, sin sobreextender las piernas.
Recuerda Bimbo Global Runner, correr mejor no siempre significa correr más rápido. Corre con propósito y con energía.